jueves, 18 de octubre de 2018

¿CEREBRO MASCULINO Y CEREBRO FEMENINO?


Si existe un tema que genera muchísima controversia actualmente es el de las supuestas diferencias cerebrales entre hombres y mujeres.

La corriente de investigación arranca principalmente en los años 50, pero es a comienzos del siglo XXI cuando obtiene mayor eco social, con la publicación del libro Sex and  cognition de Doreen Kimura (2000).


La profesora Kimura, que ya publicó sus tesis durante los años 90 en diversas revistas científicas, defendía en su libro  la influencia que ejercen en el cerebro determinadas hormonas durante la época prenatal y los primeros años de vida. Según Kimura, los sistemas de organización cerebral serían diferentes en niños y niñas debido al efecto de las hormonas sexuales. 

Aún así, no niega el efecto que pueda tener la educación y la cultura a la hora de explicar esas diferencias. Y, lo que es más importante, ya señala lo difícil que es determinar qué porcentaje de esas diferencias se debe a la influencia del ambiente, y cuánto a una predisposición fisiológica.  


Sin embargo, en muchos estudios e investigaciones se llega a afirmar que existen dos tipos de cerebro: "masculino" y "femenino". Y en muchas ocasiones, estas investigaciones se han utilizado para respaldar estereotipos de género que también se encuentran presentes en la ciencia. Este modelo estrictamente binario hoy está completamente descartado.

En el libro Brain Storm: The Flaws in the Science of Sex Differences (2010), la profesora Rebecca M. Jordan-Young analiza la mayor parte de los estudios realizados sobre este tema en el último siglo, y concluye que una buena parte de ellos son metodológicamente cuestionables y faltos de rigor científico. Según Jordan-Young, "El problema está en la forma en que la teoría sobre la organización del cerebro [...] atribuye una especificidad no real y permanente a los efectos de las hormonas prenatales, así como a la inevitable uniformidad de las diferencias sexuales, algo que se ha demostrado falso."

Nadie puede negar que existe una base biológica para las diferencias entre los sexos en el cerebro, tanto en animales como en humanos. Pero estudiar estas diferencias es mucho más complejo en los humanos porque también estamos condicionados por el conjunto de atributos psicológicos, culturales y sociales del sexo (género).

En cualquier caso, debemos ser curiosos y poner a prueba siempre nuestras creencias. La noción de igualdad es compatible con la de diferencia y diversidad.